Chrystian Gutiérrez
Se nos invita a abandonar nuestros materiales, a convertirnos en lo ellos son, a legitimarnos. ¿Y que somos? Individuos con brazos, manos y pies de colores, con formas transformables, con una técnica y un oficio que ejercemos y desarrollamos día con día en una labor que llamamos arte; con gran sensibilidad a nuestro entorno y la experiencia que nos brinda. Que con conocimiento (amplio o limitado) de los temas que nos interesan generamos un registro de esa experiencia en nuestra obra, generamos opiniones.
Una exhortación sana sería instigarnos a unir opiniones, a tocar nuestras disciplinas, incluso sí, a debatir, a formar nuevos pensamientos, a incrementar nuestro conocimiento, pero todo dentro de nuestras propias disciplinas, con lo que nosotros sabemos hacer.
Me gustaría y creo que viene mucho a caso añadir una analogía entre los textos de Laura Sierra y Marcelo Expósito, a propósito de la intervención (agresión, modificación, conquista, evangelización, legitimación) que se lleva a cabo en mí como artista, en mi proceso creativo en mis técnicas, que conste que no estoy haciendo una manifestación de autocompasión, si no simplemente llevando a nuestra realidad inmediata lo que los textos mencionan, acerca del mundo aceptado y el mundo marginado que requiere la legitimación de una sociedad dominante.
El mundo dominante representado en este caso por el arte contemporáneo, que disfruta de un monopolio de la razón y de los espacios, cataloga y determina áreas marginales a todo arte que no esté afiliado a sus criterios
No hay comentarios:
Publicar un comentario